El entorno familiar es esencial para el desarrollo de cualquier niño. Pero la educación de los niños con discapacidades muchas veces se ha quedado en manos de especialistas, maestros, psicólogos, relegando a la familia a un papel supuestamente secundario.
Cuando se tiene un hijo es uno de los acontecimientos vitales más importantes para el ser humano, se crean vínculos afectivos entre padres e hijos que son normalmente intensos y las emociones que se ponen en juego también son extremas. Una hija o hijo es siempre fuente de ilusiones y miedos. Las fantasías y las vivencias que se producen en torno a ellos son muy profundas y reflejan la proyección de uno mismo, así como expectativa idealizadas. El hecho de que ser padres sea algo habitual no significa que sea facial, y cuando el hijo tiene alguna seria dificultad todo puede resultar especialmente difícil.
Desde el momento en que los padres conocen la existencia de una discapacidad, la preocupación por el presente y el futuro del niño va a acrecentarse enormemente. Esta preocupación de fondo acompaña a la familia toda la vida, de los recursos personales y de las condiciones de vida. A lo largo del desarrollo del niño los padres tendrán que decidir sobre tratamientos médicos, elecciones de profesionales y opciones educativas van a sentir en muchos momentos, sobre todo al comienzo, que no tiene suficientes elementos de juicio para tomar decisiones que puedan ser definitivas para la evolución de sus hijos. Además el bombardea de información que empiezan a recibir por unos y por otros profesionales no siempre es concordante: en algunos casos, lo que unos recomiendan otros lo desaconsejan.
Otros aspecto nada desdeñable va ha hacer el aumento de dedicación que en general supone un hijo con necesidades especiales. En muchas ocasiones los niños con discapacidades requieren mucho más cuidado físico, así como más tiempo de interacción y más situaciones de juego o estudio.
En mi opinión, la familia es el mayor apoyo para cualquier tipo de problema y si los niños ven que a pesar de sus discapacidades los padres les tratan de igual manera, será cuando relmente se sienta bien. La reacción de los padres ante estos problemas es muy importante que sea positiva.
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